Bueno, a eso de la media noche los perros de la colonia comenzaron a ladrar, por lo tanto el mio también, su ladrido algo agudo hacía eco en las paredes y agrava la situación que este pasando, piensas que hay un ladrón en tu casa, un fantasma, esas cosas que solo los perros pueden sentir, se guardo silencio unos segundos, los necesarios para escuchar varios chasquidos... bueno si.. mas bien pezuñas, mi perro y yo corrimos a la ventana, y en medio del callejón oscuro, lluvioso y frió estaban en jerarquía nueve perros negros, andando como los dueños de la noche, al verlos parecían humanos que sabían a donde iban, los seguí con la mirada hacia la pradera, y allí se perdieron, camuflados con la noche.
La añoranza por algo que deseas desde el alma, hace que de tu boca y cerebro solo se vean tonalidades rosas, escupas viles rosas con aroma a vainilla, con brazos que se trasforman en suaves sábanas de rocio, es un estado de sopor irreal y placentero, bizarro, escurridizo en el cuerpo y el tacto, todo huele a aire fresco, tierra mojada, de labios azul.. es.
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